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Nº colegiado 08-4046
Nº Entidad Sanitaria E08595929
Aquí encontrarás tu Logopeda para realizar el tratamiento de TDAH personalizado y adaptado a tus necesidades.
Protocolo de actuación
Al contratar nuestro servicio de logopedia a domicilio nuestras logopedas le harán una valoración en la primera visita para diseñar al paciente un tratamiento a su medida.
Describe un conjunto de síntomas: incapacidad para mantener la atención, tendencia a la distracción y estado constante de movilidad. Las personas que lo presentan muestran un patrón persistente de desatención y/o hiperactividad-impulsividad frecuente, persistente y grave en al resto de niños de su misma edad.
El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) es un trastorno de autocontrol de la conducta. Es una de las alteraciones psicológicas más frecuentes (3-5%) entre la población infantil. Se caracteriza por un patrón persistente de desatención y/o hiperactividad e impulsividad en al menos dos contextos (hogar, casa/trabajo…).
Según el predominio de síntomas hay tres subtipos: déficit de atención, hiperactividad/ impulsividad y combinado.
Como consecuencia de los síntomas del TDAH, los niños que lo padecen presentan con mayor incidencia otras dificultades en su desarrollo cognitivo y social. Así pues, con frecuencia muestran dificultades en el habla, el lenguaje, la comunicación y/o la lectoescritura.
Cuando un niño está aprendiendo a hablar ha de captar las diferencias entre los sonidos del habla para analizarlas e intentar reproducirlas. Debido a las dificultades atencionales y del control inhibitorio de estímulos irrelevantes el proceso de aprendizaje del habla puede comprometerse, revelando una baja discriminación auditiva y/o alteraciones articulatorias. Así mismo, pueden presentar errores gramaticales y dificultad para narrar historias, viéndose afectado el lenguaje. Obtienen resultados bajos en las tareas lingüísticas como consecuencia de la alteración de la atención e inhibición, de la memoria de trabajo, la planificación y la organización que suelen presentar.
Aunque a primera vista parece que hablen más que el resto de infantes, su conducta lingüística suele estar desajustada socialmente. Por ejemplo, les es difícil respetar los turnos de habla durante la conversación o el juego; adaptar su lenguaje según el interlocutor... Además, muestran cierta tendencia a reaccionar de forma más agresiva, en comparación a otros niños, cuando no les es posible expresar sus necesidades o deseos.
Las dificultades en conciencia fonológica pueden influir negativamente en los aprendizajes escolares, especialmente en lectoescritura.
Los síntomas de este trastorno varían con la edad.
Los niños pequeños presentan una actividad motora intensa y constante, siéndoles difícil manejarla.
Durante la escolaridad la actividad motora puede convertirse en intranquilidad o un sentimiento interno de nerviosismo o inquietud. En esta etapa presentan inatención, la cual puede afectar en clase y al rendimiento académico. Por otro lado, los síntomas impulsivos pueden afectar a las relaciones familiares, escolares y de amistad.
Posteriormente, en la adolescencia, tienen mayor riesgo a sufrir dificultades de aprendizaje, de conducta… Tienden a usar más palabras soeces y expresiones escatológicas.
En los adultos la hiperactividad es el síntoma que más se reduce, seguido de la impulsividad, y la inatención, la cual se mantiene prácticamente igual. Se asocia a problemas académicos, laborales y, entre otros, familiares.
Una vez recibido el diagnóstico, la persona con TDAH debe recibir información sobre el trastorno, estimulando su implicación de forma activa en el proceso terapéutico.
Desde el enfoque médico, se puede hacer uso de medicación psicoestimulante. Siendo su uso de gran controversia.
Desde el enfoque psicoeducativo, la intervención ha de incluir los contextos en los que se desarrolla el niño e implicar en la mayor medida posible a las personas que interactúan con él con mayor frecuencia (familia, cuidadores, profesores…).
La intervención está enfocada a que la persona adquiera los conocimientos necesarios sobre el TDAH y sus consecuencias para detectar sus dificultades y, de esta forma, permitirle poder reconducir su conducta y mejorar aquellos aspectos en que presenta carencias.
Durante el tratamiento se usarán técnicas de modificación de conducta y se le enseñarán técnicas de autocontrol y resolución de problemas. En la gran mayoría de casos se enseñarán técnicas de relajación y de respiración para regular la propia conducta. Se darán pautas específicas, por ejemplo: contar hasta tres antes de realizar un acto impulsivo, respirar profundamente antes de enfrontarse a otra persona, tener en cuenta que en una conversación no solo está uno mismo, etc.
Además, en la mayoría de casos es necesaria la intervención lingüística, tanto para rehabilitar aspectos como el habla, el lenguaje, la comunicación y/o la lectoescritura como para prevenir dificultades del aprendizaje. En función de las necesidades de cada infante se hará incidencia en un aspecto o en otro.
En el área del habla podría ser necesario trabajar la discriminación auditiva y la articulación de fonemas (sonidos) determinados. En el ámbito del lenguaje podría ser preciso mejorar la comprensión, ampliar el vocabulario, optimizar la estructura gramatical de las oraciones y, entre otros, enseñarle a narrar historias de forma ordenada, secuenciada y coherente. En la lectoescritura se podría ayudar al niño con el inicio del proceso de aprendizaje de la lectoescritura, a mejorar la comprensión lectora y automatizar la lectura. Con niños de mayor edad se trabajarán técnicas de estudio, mejorando la planificación y organización. En cuanto a la comunicación, se hará incidencia en los turnos de habla, en adaptar la forma a dirigirse a los otros según el rol que estos tengan (padres, profesores, compañeros de clase)…
Cabe destacar la necesidad de trabajar de forma conjunta tanto con la escuela como con la familia para poder realizar un trabajo unificado, constante y en consonancia; y conseguir, de esta forma, resultados óptimos.
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