Protocolo de actuación
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Trastorno del aprendizaje de la lectoescritura. Se produce como consecuencia de un procesamiento fonológico inadecuado, el cual es independiente de las habilidades cognitivas. Se caracteriza por presentar dificultades en la precisión y fluidez del reconocimiento de palabras, una baja capacidad para el deletreo y dificultades ortográficas. Además, puede haber una baja comprensión de la lectura y un razonamiento matemático limitado.
La dislexia es un trastorno del aprendizaje de la lectoescritura. Es una dificultad en el aprendizaje de la descodificación lectora como consecuencia de una disfunción, la cual se da durante el desarrollo neurológico, en el área especializada en el proceso de descodificación lectora situada en el giro angular (área 39 de Browdman). Una disfunción en esta área provoca dificultades para aprender a leer y escribir (disortografía) tal y como lo hacen los compañeros y que, cuando ya ha pasado el período de aprendizaje, continúen presentado dificultades en la lectoescritura y en su automatización.
Para poder hablar de trastorno específico de la lectoescritura se han de excluir alteraciones neurológicas, cognitivas, emocionales, sensoriales, lingüísticas, escolares y/o sociales.
Los estadios del aprendizaje en la lectoescritura son los siguientes:
Hay tres tipos de dislexia:
Dislexia fonológica. Las personas con dislexia fonológica son capaces de leer bien palabras familiares, es decir, de alta frecuencia. Pero tienen dificultades para leer palabras desconocidas, poco habituales y pseudopalabras (palabras inventadas). Estas dificultades se explican por la alteración de la ruta fonológica, la cual afectaría a los mecanismos de conversión grafema-fonema. Presentan mayores dificultades en los primeros momentos del aprendizaje.
Dislexia léxica. En este caso el individuo es capaz de leer palabras irregulares, familiares, desconocidas y pseudopalabras sin problemas. Pero muestran dificultades en la fluidez de la lectura, ya que solo pueden hacer uso de la ruta fonológica, siéndoles difícil leer palabras que se escriben de forma diferente a la que se dicen oralmente y, por lo tanto, no se ajustan a las reglas grafema-fonema. La mayor parte de errores que cometen son regularizaciones. En lenguas transparentes como el castellano esto no tiene mucha incidencia, a diferencia de en lenguas opacas como el inglés.
Mixta. Quien la presenta comparte las dificultades descritas en los dos subtipos de dislexias anteriores. Así, tienen problemas para leer palabras desconocidas y pseudopalabras y determinadas palabras, como las abstractas, funcionales y verbos.
La lectura es una actividad compleja que involucra la interacción de dos procesos esenciales. Por un lado es necesario el reconocimiento de las palabras escritas y por otro la comprensión. Sin una mecánica lectora adecuada, la cual se ve afectada en la dislexia, no se puede alcanzar el objetivo fundamental del proceso lector, la comprensión lectora.
Según el nivel evolutivo en que se encuentre el niño, presentará, en general, unas características específicas. Los infantes de entre 3 y 6 años muestran dificultades articulatorias y expresivas, baja discriminación de palabras con producción parecida y vocabulario pobre. En aprendizaje muestran dificultades para identificar los fonemas y asociarlos a los grafemas, aprender a escribir su nombre y reconocer el de compañeros, nivel bajo de atención y concentración y, entre otras, escritura persistente en espejo.
Entre los 6 y 9 años persisten las dificultades articulatorias y se hace perceptible una baja capacidad para expresarse oralmente (tiempos verbales, coherencia, vocabulario…). En el aprendizaje muestran dificultades en la memorización de las tablas de multiplicar, en la comprensión del reloj analógico y de concentración y atención. En lectura realizan errores de ortografía natural (omisiones, adiciones, inversiones, vacilaciones y/o repeticiones), no hay ritmo, presentan una baja comprensión lectora y grandes dificultades para leer palabras desconocidas y/o pseudopalabras. En escritura cometen errores de ortografía natural (omisiones, substituciones, adiciones, rotaciones, inversiones, uniones y fragmentaciones) y arbitraria (cambios consonánticos, omisión de letra muda, acentos y puntuación…); y dificultad en morfosintaxis y coherencia.
Posteriormente, entre los 9 y 12 años perduran las dificultades para expresarse oralmente. Siguen presentando una baja capacidad atencional y de concentración y se hacen perceptibles las dificultades para organizarse. La lectura acostumbra a ser vacilante y arrítmica, sin automatización; y, en cuanto a la escritura, presentan caligrafía irregular, dificultades en la integración y posterior aplicación de las normas ortográficas y dificultad en la gramática de los escritos. Si un niño no puede leer con fluidez a finales de 4º de primaria el camino académico será mucho más difícil y tendrá más probabilidades de fracasar en la escolaridad. A partir de 5º los estudiantes utilizan sus habilidades lectoras como una herramienta para el aprendizaje de otras materias (matemáticas, ciencias de la naturaleza…).
Entre los 12 y 16 años los niños siguen mostrando un nivel inferior en comparación a su grupo normativo por edad tanto en expresión oral como escrita, les es difícil estar atentos y concentrados durante largos períodos, presentan un bajo rendimiento lector y una comprensión lectora reducida, y persisten las dificultades en organizar los escritos y en las normas ortográficas.
Se ha demostrado que en la mayoría de personas con dislexia hay detrás un déficit fonológico. La gran dificultad para acceder y procesar la información fonológica se evidencia en la deficiente automatización de los mecanismos de conversión
grafema – fonema que manifiestan. Así mismo, presentan una baja memoria de trabajo, la cual tiene un papel importante en el aprendizaje de la lectura. También muestran una lentitud de denominación, lo que conlleva mayores dificultades para formar representaciones de las palabras y acceder a ellas; y una baja fluidez verbal tanto a nivel fonológico como semántico.
Una vez establecido el diagnóstico se empiezan a trabajar específicamente aquellas dificultades o carencias que presenta la persona. Se ha de tener en cuenta que no hay dos personas con dislexia iguales, motivo por el cual tanto la intervención reeducativa como el material que se use en ella ha de ser individualizado, respetando su nivel de desarrollo.
Generalmente, se trabajarán las siguientes áreas, siempre en base al nivel y las necesidades de cada persona:
Cabe destacar la necesidad de trabajar de forma conjunta tanto con la escuela como con la familia para poder de esta forma realizar un trabajo unificado, constante y en consonancia y conseguir, de esta forma, resultados óptimos.
Aspectos que el docente ha de tener en cuenta en relación a la dislexia
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